“Si lo contruyes, vendrán”

Por: Luciano Acquaviva

 

“Si lo contruyes, vendrán”

Con esta frase adaptada de la película “El Campo de Los Sueños” (1989), comenzamos a explorar la realidad de que la construcción de ciudades en función del automóvil ha creado, justamente, ciudades repletas de automóviles; y que las ciudades que han puesto énfasis en desarrollar una red ciclista de calidad, han cosechado un alto número de ciclistas y han reducido el número de vehículos motorizados circulando en sus calles.

La infraestructura es el pilar del fomento del ciclismo urbano: sin recorridos seguros es muy difícil que gran parte de la población se vuelque a esta forma de movilidad sostenible, por más que se promueva fervientemente. Las grandes transformaciones de ciudades ciclables han sido principalmente por dedicarle infraestructura exclusiva de calidad a las personas que se trasladan en bicicleta.

La situación de pandemia por su parte, ha cambiado la forma en que nos movemos, disminuyendo la cantidad de viajes totales e imponiendo una limitación a la oferta de transporte público. Es por ello que muchas ciudades del mundo están implementando infraestructura ciclista temporaria para dar posibilidad de desplazamiento en bicicleta a la demanda no cubierta por el transporte público. 

Esta infraestructura ciclista temporaria, permite evaluar diseños posibles y probar su pertinencia, así como demostrar su utilidad cuando se comienza a dar visibilidad a la movilidad ciclista. Sin embargo, por ser temporaria no debe dejar de la lado las características de diseño que deben incluir estas implementaciones.

 

Sin recorridos seguros es muy difícil que gran parte de la población se vuelque a esta forma de movilidad sostenible.

Figura 1. Ciclovía temporaria en Berlín, Alemania. Fuente: https://www.theguardian.com/world/2020/apr/13/pop-up-bike-lanes-help-with-coronavirus-social-distancing-in-germany

Red Ciclista

El diseño de una red ciclista es aconsejable que se desarrolle en base a cinco principios ciclo-inclusivos según dicta el Manual de Diseño para Tránsito de Bicicletas (CROW, 2007) utilizado como base para el diseño de infraestructura de bicicletas en Holanda:

  • Coherencia: para que una vía ciclista sea coherente se deben conectar los orígenes y los destinos de los ciclistas, definiendo un camino con claridad y que dé libertad para elegir entre varias rutas. Igualmente, implica la posibilidad de estacionar las bicicletas de forma segura al inicio y final del viaje.
  • Rutas directas: trazados que no generen desplazamientos innecesarios o mayores recorridos para los usuarios, ya que los ciclistas tienen poca tolerancia ante las desviaciones buscando siempre acortar el tiempo de trayecto. Cuanto más directa es la ruta, menor es el tiempo de desplazamiento y el esfuerzo que requiere.
  • Seguridad vial: los ciclistas son vulnerables cuando comparten el mismo espacio con vehículos motorizados, ya que poseen una considerable diferencia de velocidad y masa. Además, las bicicletas no tienen carrocería o capacidad de absorber energía por deformación en caso de siniestros.
  • Comodidad: se requiere de soluciones adecuadas para el manejo de desniveles especialmente en las intersecciones, texturas y estado de pavimentos y anchos de carril que resulten cómodos para circular. En general se deben utilizar diseños que minimicen el esfuerzo físico para el usuario.
  • Rutas atractivas: la definición de los trazados ciclistas debe buscar entornos seguros y agradables. Para ello, entornos con mayor movimiento de personas y bien iluminados minimizan la inseguridad.

Por su parte, la realidad sudamericana obliga a repensar la manera de concebir estas infraestructuras. La falta de recursos; una menor madurez política y social con respecto a la movilidad sostenible; y la fuerte cultura relacionada al automóvil, no consideran prioritarias estas inversiones y es por ello que por la experiencia recabada proponemos el siguiente esquema de implementación:

  • Avanzar con la delimitación de los espacios exclusivos para ciclistas.
  • Consolidar estos espacios incentivando el uso de la bicicleta y generando una red continua y segura.
  • Mostrar resultados a la población de aumento de ciclistas.
  • Generar continuidad con el crecimiento de la red.
  • Mantener los tramos que hayan sido deteriorados por el tiempo o bien que en un principio ya presentaban malas condiciones pero no se había invertido lo suficiente en ello.
  • Por último imponer un salto cualitativo con la mejora de la red en cuanto a segregación, calidad de materiales, durabilidad, etc.

Figura 2: Flujo sugerido para la implementación de infraestructura ciclista. Elaboración propia.

Es por esto que una vez avanzada la infraestructura ciclista, ya sea existente o creada como temporaria en el contexto de pandemia, es pertinente avanzar con una mejor segregación de las vías ciclistas. Una de las alternativas mediante las cuales puede lograrse de manera exitosa esta segregación, consiste en el uso de separadores viales en ciclovías que hayan sido delimitadas en la calzada y que estén compartiendo la vialidad con los vehículos motorizados.

Existen diferentes formas de segregar estas ciclovías, incluso señalizaciones temporarias pueden estar segregadas mediante vallas; tachos; maceteros; neumáticos; conos o cualquier otro objeto que oficie de separador. Para una implementación definitiva (al menos hasta que se produzca el salto cualitativo) se utilizan separadores viales.

Estos separadores viales pueden ser materializados de manera continua o discontinua. Dentro de las continuas (en general de hormigón armado) existen separaciones muy efectivas como las barandas New Jersey que pueden ser aconsejadas para altas velocidades vehiculares o bien pueden ser cordones corridos. Estas separaciones son más efectivas ante invasiones a la ciclovía (especialmente de motocicletas) aunque pueden traer problemas de escurrimiento. Pero el mayor inconveniente es que son muy poco flexibles ante intención de cambios o para realizar mantenimientos, ya sea del mismo elemento de separación como de la carpeta de rodamiento. Los separadores discontinuos atenúan estas problemáticas y a su vez mejoran la seguridad vial de las ciclovías segregadas del tránsito vehicular.

Los separadores deben cumplir con los siguientes requisitos:

  • Resistir impactos laterales de vehículos pesados y evitar que se monten sobre la ciclovía.
  • Ser seguros para los ciclistas y ante un despiste no provocar su caída.
  • Incorporar elementos reflectivos para ser visibles en todo momento.
  • Ser removibles fácilmente para su mantenimiento.
  • Ser manufacturados con materiales reciclados.

En este sentido, desde SMOD trabajamos en el diseño de un separador vial de caucho reciclado que asociamos a nuestro Programa de Sostenibilidad. La idea central del programa parte de la recuperación de neumáticos fuera de uso junto a la firma WORMS que mediante la creación de un Centro de Acopio Transitorio en cada localidad con la que trabajamos, luego se traslada y procesa el caucho hasta llevarlo a polvo y con éste se producen las piezas de separadores mediante la aplicación de presión y temperatura.

El diseño de la pieza se pensó para cumplir con una cara no montable, a fin de evitar que los vehículos motorizados invadan la ciclovía; una cara montable del lado de los ciclistas con la cara cóncava, para evitar un impacto que produzca la caída del ciclista; dimensiones que permitan su fácil manipulación pero que tengan presencia en la calzada; y un material que absorba golpes por deformación y de esta manera evitar tanto la rotura de la pieza como su desprendimiento por sobre-esfuerzo en sus anclajes -que sucede con las piezas de separación rígidas-. 

Figura 3. Separadores viales diseñados por SMOD. Elaboración Delfina Bolla

De esta manera desde SMOD pretendemos crear ciudades más ciclables, no sólo con la implementación de Sistemas de Bicicletas Compartidas, sino también a través de infraestructura ciclista de mayor calidad mediante el Programa de Sostenibilidad, que no sólo recupera los neumáticos fuera de uso sino que genera ingresos y permite crear una red de ciclovías sin inversiones por parte de las localidades en las que intervenimos.

Foto de portada: Luciano Acquaviva